Se ha convertido en un clásico de la infancia: la casita de madera para niños en el jardín o en casa. Un espacio mágico donde los niños pueden dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. Pero, ¿sabías que también puede ser una herramienta educativa muy potente? Hoy, os hablamos de cuatro actividades para convertir el juego en una aventura educativa inolvidable.
1. El Mercadillo de la Casita:
Para disfrutar y aprender con este juego, la idea es montar un pequeño mercado dentro de la casita. Se pueden utilizar alimentos de juguete, cajas de cartón y otros objetos para simular un mercado real. Una vez montado, cada niño tendrá un rol, unos pueden ser vendedores y otros compradores incluso pueden turnarse. Este juego, es perfecto para practicar habilidades sociales además de las matemáticas, y todo disfrutando al máximo y sin darse cuenta. Para llevarlo a cabo, puedes poner una mesita dentro de la casita y ordenar los productos. Se pueden etiquetar cada artículo con precios y preparar una caja registradora de juguete o hecha con cartón. Esta actividad, tal y como ya hemos mencionado, fomenta el desarrollo de habilidades matemáticas básicas (sumar, restar, calcular precios), el lenguaje (al interactuar como vendedores y compradores) y la creatividad (al inventar historias y situaciones, e incluso crear algunos carteles con ofertas).
2. El Hospital de los Juguetes:
En esta actividad, los niños serán los médicos y enfermeras que curen a los juguetes enfermos. Pueden aprender sobre el cuerpo humano, primeros auxilios y empatía mientras se divierten. Intenta conseguirles telas para que imiten a las vendas, tiritas y otros materiales de primeros auxilios (de juguete, por supuesto). También pueden usar una bata blanca vieja como uniforme de médico. Se sugiere crear historias divertidas sobre los "pacientes". Se destaca que esta actividad estimula la imaginación, el desarrollo del lenguaje (al inventar diagnósticos y tratamientos) y la empatía (al cuidar de los juguetes "enfermos").
3. El Teatro de Sombras:
En este juego se invita a transformar la casita en un teatro de sombras. Se puede utilizar una sábana blanca y una linterna para crear sombras y representar historias. Los niños pueden inventar sus propias obras de teatro o representar cuentos clásicos. Para esto, se recomienda colgar una sábana blanca en la puerta o ventana de la casita. Se apagan las luces y se utiliza una linterna para proyectar sombras en la sábana. Se pueden usar figuras de papel o juguetes para crearlas, ¡y que empiece a función!.
Mediante esta actividad lo que se busca es fomentar la creatividad, la imaginación, la expresión corporal y el desarrollo del lenguaje (al narrar las historias). También es una forma divertida de introducir a los niños en el mundo del teatro.
4. La Casita de los Cuentos:
Aquí la idea es convertir la casita en un espacio mágico para contar cuentos. Se puede decorar la casita con cojines, mantas y luces de colores. Los niños pueden leer cuentos, inventar historias o representar sus cuentos favoritos. Buscad crear un ambiente acogedor dentro de la casita usando por ejemplo luces de colores, guirnaldas o dibujos para decorar. Después, prepara una cesta con libros y disfraces que inviten a disfrutar de la lectura y la imaginación. Esta actividad es perfecta para fomentar el amor por la lectura, el desarrollo del lenguaje, la imaginación y la creatividad. También es una forma estupenda de crear un ambiente relajado y mágico para los niños, e incluso compartirlo con adultos.
Todas estas ideas harán que tu casita de madera, se convierta en un centro de aprendizaje y diversión. La clave está en jugar y disfrutar juntos.